Según el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), política es:
5. adj. Dicho de una persona: Que interviene en las cosas del gobierno y negocios del Estado.
7. f. Arte, doctrina u opinión referente al gobierno de los Estados.
9. f. Actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, con su voto, o de cualquier otro modo.
Pues de alguna u otra forma, la palabra “política” se distorsiona cuando se le suma el adjetivo “peruana”. Esta distorsión radica principalmente en el comportamiento de los “políticos” a ciertas actividades no muy gratas, mal visto y hasta repudiable por la población peruana. Es muy cierto que los centros educativos y universidades tienen como objetivo la formación integral de la persona, pero lamentablemente no enfocan en la formación del estudiante o de la persona lo principal: LA ETICA.Es increíble que teniendo asignaturas de Filosofía, Ética y Moral, los estudiantes son incapaces de poder plasmar las enseñanzas adquiridas cuando estos ejercen su profesión en el campo laboral y más aún es indignante cuando se observa gente entrada en años, tengan actitudes y manías de baja categoría, como las ratillas de Rómulo León Alegría y Alberto Químper Herrera.
Los casos de los chuponeos y petroaudios, reflejan la alarmante situación política que vive nuestro alicaído país, últimamente haciendo un checking a un diario de circulación nacional, observé una frase de Alberto Quimper Herrera, que decía: “Los jueces comen de mi bolsillo”. ¿Hasta donde puede llegar una persona “política”? Prácticamente, todas las zonas del poder legislativo, ejecutivo y judicial están siendo carcomidas por personajes particulares (parecen de sacados de comics), que hacen el clásico y muy de moda “faenón” sin que nada y nadie les juzgue por su mal comportamiento
Lo primero que se me viene a la cabeza es: ¿Quién o Quienes están fallando? ¿La educación recibida en casa, influye mucho en el comportamiento nauseabundo de estos personajes? ¿Es notorio que los centros educativos y universidades están equivocados en su enseñanza? ¿Hay esperanzas? ¿El cambio viene de nosotros? Que opina usted señor lector ///.
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